Por qué siempre deberías tener un seguro de viajero

Cuando planeamos un viaje, pensamos en muchas cosas: qué tipo de equipaje es mejor (mochila o maleta), qué ropa usar, boletos de avión, reservas de hotel, etc. Dependiendo de dónde vamos y cuánto tiempo planeamos quedarnos allí, la lista puede ser larga. Nadie quiere olvidar detalles importantes. Sin embargo, las personas tienen diferentes concepciones de lo que es importante. 

Para muchos viajeros, gastar dinero en seguro de salud es una molestia. Algunos contratan al más barato en caso de que se quiebren una pierna en una caminata, mientras que otros gastan tanto dinero como pueden en la mejor compañía del mercado para obtener una cobertura completa. La cuestión es que, no importa cuánto dure su viaje, unos pocos días o todo un año, aún necesitas estar protegido. Como dice el refrán: siempre es mejor prevenir que curar ... Poco sabía que se convertiría en mi lema de viaje.

Ir a Nueva Zelanda

En 2014 decidí tomar un año sabático de la universidad para viajar a tantos países como pudiera con mi (entonces) novio. Solicitamos una visa Working Holiday a Nueva Zelanda y fuimos algunos de los afortunados que obtuvimos una de esas. Viviendo en Argentina, los boletos de avión eran muy caros para nosotros, ya que las distancias son muy largas. Así que dudamos un poco sobre si deberíamos comprar un paquete de seguro médico o no. Finalmente, nos decidimos por la empresa más conocida (por lo tanto, cara) del mercado.

Después de 8 meses de vivir, trabajar y viajar por Nueva Zelanda, mi compañero y yo conseguimos un trabajo en una granja en una zona rural cercana a la ciudad de Hamilton. Solo un mes después de mudarnos allí, mi pareja y yo nos fuimos a casa después de un día muy ocupado. En medio de la noche, lo escuché llorar de dolor. Inmediatamente llamé a emergencias y una ambulancia nos recogió. En el trayecto de una hora hasta el hospital, los paramédicos nos dijeron la fea verdad: ¡lo más probable es que tuviera apendicitis y todo el tratamiento sería muy costoso!

¡En el hospital!

Incluso antes de que me mostraran las facturas en el hospital, ya estaba temblando. Solo teníamos 3.000 dólares neozelandeses en nuestra cuenta bancaria compartida y solo la factura de la ambulancia era el doble de esa cantidad. Nos advirtieron cuando lo admitieron: el tratamiento médico no iba a ser barato. No sabíamos qué hacer, ya que en Argentina teníamos el seguro de salud de nuestros padres y, aunque no lo supiéramos, los hospitales son públicos para todos.

Mi compañero esperó dos días y medio antes de que los médicos lo operaran para quitarle el apéndice. Pasé ese tiempo hablando por teléfono con mi seguro de salud. ¡Todo fue una pesadilla burocrática! El personal del hospital me estaba persiguiendo para firmar todos los documentos y pagar la operación, mientras que las personas de mi seguro me dijeron que esperara y que no firmara nada. Finalmente, pude conseguir que pagara el seguro y llevé a mi novio a nuestra casa. ¡La pesadilla había terminado!

Mirando la situación en retrospectiva, me di cuenta de que tomamos la decisión correcta cuando compramos la póliza de seguro. Si no hubiéramos gastado la mitad de nuestro presupuesto en ello, habríamos tenido que pedir un préstamo bancario para pagar todas las facturas médicas. Todo el viaje se habría arruinado y nos habríamos arrepentido de haber salido de Argentina. Sé que no todos tienen apendicitis en el medio de la nada cuando viajan a un país extranjero, pero es mejor estar preparados. Puede sucederle cualquier cosa cuando esté fuera de su rutina y de su ciudad natal, desde una alergia hasta un hueso roto.

Comunícate con nosotros en CW Abroad y lo ayudaremos a preparar toda la experiencia para que siempre estés seguro, incluso durante emergencias.